La Capilla de la Virgen de la Cabeza en la calle Ollerías de Andújar: Historia y Devoción en el Corazón de la Ciudad
La Capilla de la Virgen de la Cabeza en la Calle Ollerías de Andújar: Historia y Devoción
La Capilla de la Virgen de la Cabeza, situada en la emblemática calle Ollerías de Andújar, es uno de los ejemplos más significativos de cómo la fe y la voluntad de un pueblo pueden salvar y transformar su patrimonio religioso. Este templo urbano dedicado a la Patrona de Andújar y de la Diócesis de Jaén guarda una rica historia que combina períodos de esplendor, abandono y posterior recuperación. Su trayectoria, marcada por momentos clave, refleja la importancia de la devoción mariana en esta localidad y su esfuerzo colectivo por mantener viva una tradición centenaria.
Un Legado que Nace en el Siglo XV
El origen de esta capilla se remonta al Hospital de Peregrinos, fundado entre los siglos XV y XVI por la Cofradía Matriz de la Virgen de la Cabeza. Este hospital, situado en la entonces conocida como calle Hospitales, ofrecía refugio y asistencia a los numerosos peregrinos que se dirigían al Santuario del Cerro del Cabezo, epicentro de la devoción a la Virgen de la Cabeza.
Debido a los problemas de la Cofradía Matriz a finales del siglo XVIII, el hospital y su capilla fueron a partir de ese momento gestionado por Obispado, siendo el Obispo el encargado de nombrar al capellán. Sin embargo, con el paso de las décadas, el espacio fue descuidado y abandonado debido a la falta de recursos. Las leyes desamortizadoras del siglo XIX agravaron la situación, dejando al lugar en un estado de deterioro progresivo. Para mediados del siglo XIX, la capilla subsistía únicamente gracias a las limosnas de los fieles, aunque los testimonios de la época ya advertían sobre su ruinoso estado.
La Crisis de 1917: Un Punto de Inflexión
El abandono de la capilla alcanzó su punto crítico en 1917, cuando el Ayuntamiento de Andújar declaró el edificio en estado ruinoso y ordenó su demolición. La decisión no solo afectaba a un espacio físico, sino que simbolizaba la pérdida de un importante referente devocional en el núcleo urbano de Andújar. La situación coincidió con un ambiente de malestar general en la ciudad, provocado por la negativa del rey Alfonso XIII a visitar el Santuario del Cerro del Cabezo durante su estancia en Andújar el año anterior, obligando a trasladar la imagen de la Virgen a la iglesia de Santa María para rendirle culto.
En este contexto surgieron dos iniciativas para garantizar un espacio digno para la Virgen de la Cabeza en el ámbito urbano. La primera, promovida por el párroco de Santa María y la Cofradía Matriz la cual era propietaria de la capilla, proponía construirle una capilla dentro del propio templo parroquial. La segunda, liderada por el capellán Antonio Medina Sáez, defendía la reconstrucción de la vieja capilla como templo referencial en la ciudad. Sin embargo, esta última propuesta enfrentó una fuerte oposición por parte de la Cofradía Matriz, que temía que una capilla de estas características pudiera rivalizar con el histórico Santuario serrano.
Donación Retablo Capellán
El capellán Antonio Medina Sáez fue agraciado con un premio en la Lotería Nacional durante la Navidad de 1917. En agradecimiento, encargó un majestuoso retablo gótico en los Talleres Garique de Valencia, diseñado con materiales de gran calidad y belleza. Este gesto no solo renovó la esperanza, sino que dio un nuevo impulso al proyecto de recuperación de la capilla.
Consciente de que el retablo desentonaría en el ruinoso templo, Medina Sáez buscó apoyo para restaurar la capilla. Finalmente, la Condesa de Gracia Real ofreció su ayuda a la Cofradía Matriz y propuso construir una nueva ermita en el mismo solar, iniciativa que fue aprobada por el Obispado y el Ayuntamiento tras no pocas dificultades.
En 1919 comenzaron las obras de la nueva capilla, bajo el diseño del arquitecto José Corbella Pené, quien aportó un estilo acorde con las tendencias arquitectónicas de la época. En menos de tres años, el templo quedó finalizado, y el 15 de octubre de 1921, el obispo Manuel Basulto bendijo la nueva capilla en una solemne ceremonia que reunió al clero local, autoridades municipales y la Cofradía Matriz.
La Capilla Hoy: Patrimonio y Devoción
Desde su inauguración en 1921, la capilla de la calle Ollerías ha sido un espacio de culto permanente para la Virgen de la Cabeza en el corazón de Andújar. En 1930, la Orden Trinitaria asumió su cuidado, garantizando la atención espiritual y reforzando los lazos históricos entre esta orden religiosa y la devoción mariana en la ciudad.
La capilla es, además, un punto de conexión entre los devotos urbanos y la espiritualidad del Santuario del Cerro del Cabezo, actuando como un puente entre lo rural y lo urbano. Su construcción, salvada por la determinación del capellán Antonio Medina y el apoyo de devotos anónimos de Andújar, es un recordatorio de cómo la fe puede transformar los desafíos en oportunidades.
Un Espacio que Une Historia y Fe
La Capilla de la Virgen de la Cabeza en la calle Ollerías es mucho más que un edificio religioso. Representa la perseverancia de una comunidad que, pese a los obstáculos, logró preservar un símbolo de su identidad espiritual. Es un lugar donde historia, arte y fe se entrelazan, convirtiéndose en un destino imprescindible tanto para devotos como para amantes del patrimonio histórico y cultural.
La Capilla como Destino Turístico
Para los visitantes que llegan a Andújar atraídos por la fama de la Virgen de la Cabeza y su romería, considerada la más antigua de España, la capilla de la calle Ollerías es un punto de interés indispensable. Este espacio no solo ofrece una perspectiva más cercana y accesible de la devoción a la Virgen, sino que también permite comprender el impacto de esta tradición en la vida diaria de los habitantes de Andújar.
Además, su ubicación estratégica en el centro histórico convierte a la capilla en un punto ideal para que el turista disfrute del ambiente urbano de Andújar, con sus calles llenas de historia, arquitectura tradicional y establecimientos donde degustar la rica gastronomía local.
Quienes visiten esta capilla descubrirán no solo un espacio de recogimiento, sino también una fascinante microhistoria que rinde homenaje a la devoción de generaciones pasadas y presentes, manteniendo vivo el corazón espiritual de Andújar.